EL DILUVIO
El Diluvio es el octavo fresco pintado por Miguel Ángel en la bóveda de la Capilla Sixtina. Es un fresco de 280 cm x 570 cm .
Este fresco es el último que se representa en un espacio grande pues no tiene ignudis ni medallones que lo flanqueen. Miguel Ángel eligió la escena del Diluvio dada su importancia en la historia del Génesis. De las 9 escenas centrales que pintó Miguel Ángel en la bóveda, esta es la que incluye más figuras humanas pues pinta más de 60. La escena y su distribución es compleja.
Primeramente está a la izquierda del cuadro una porción de tierra donde está llegando una fila de gente para quedarse ahí e intentar, en vano, sobrevivir. La gente está asustada, algunos niños lloran y otros no saben lo que ocurrirá. Algunas personas cargan sus pertenencias y otras no llevan absolutamente nada. En esta pequeña isla solo queda un árbol seco en donde un joven intenta subirse.
Un poco más lejos tenemos a otro grupo de personas, esta vez dentro de una barca. La escena es dolorosa. La canoa se hunde y necesita perder peso para flotar a lo que algunos tripulantes de la flota arremeten contra uno de los suyos para expulsarlo de la canoa. La única mujer vestida en la barca levanta los brazos, contemplando como la canoa está a punto de comenzar a hundirse. Al frente, 2 hombres empujan hacia delante la canoa para evitar que se hunda.
Otro hombre en el agua se aferra a la canoa para no hundirse y atrás de éste, otro hombre nada para salvarse. La acción dinámica que se presenta en esta escena es muy agitada y turbulenta. Aquí es donde se muestra la superviviencia y el coraje para intentar vivir, pero también el egoísmo del hombre que está dispuesto a matar para salvarse.
Finalmente, tenemos el último y más alejado grupo con el que culmina la obra: el arca. Viéndolo a simple vista, esta embarcación parece ser normal, pero fijándose un poco más nos damos cuenta que en realidad, esta arca no tiene nada que ver con un barco o algo así, sino más bien con una Iglesia o un templo. También observamos que hay un grupo de personas que intentan subir a ella cuando sabemos que todo lo que estaba en el arca, se encontraba en su interior. Aquí es donde entra la analogía que Miguel Ángel nos hizo con la Iglesia.
En segundo plano tenemos una roca que aun sobresale de la superficie. En ella hay otro grupo de personas el cual se encuentra refugiado bajo una manta amarrada entre 2 árboles secos. A la izquierda de la roca un hombre anciano carga a su hijo muerto ya y lo prepara para lanzarlo al inmenso mar. El grupo de gente que queda varado en la roca es más dramático que el de la isla a la izquierda del fresco. Aquí, la gente realmente está preocupada y muchos lloran al contemplar el fatídico final que les espera. Un hombre en el agua intenta desesperadamente de subir a la roca agarrándose de las raíces del árbol viejo.
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