PLAZA DEL CAPITOLIO
Recibió el encargo del Papa Paulo III de modificar uno de los lugares más significativos de Roma, la plaza del Capitolio, situada en la colina del mismo nombre, una de las cinco que dieron origen a la ciudad de Roma y sede del gobierno municipal. En una ciudad medieval, los espacios abiertos y públicos escaseaban (dentro de las murallas el mayor número de viviendas). Miguel Ángel se nos manifiesta aquí como urbanista más que como un arquitecto, diseña un nuevo concepto de espacio urbano, la plaza que será imitada en épocas posteriores, sobre todo en el barroco.
Su concepto no rompe con el ideal renacentista de arquitectura. Al estar en alto decide diseñar una gran escalinata monumental de acceso a ella, presidida por enormes estatuas de Castor y Poulet que cubren con una balaustrada el lado corto de la plaza, que aplana y tiene forma trapezoidal regular, con un lado corto ( escalinata), otro largo (frontal) y dos similares enfrentados entre sí.
En el interior de la plaza sitúa un gran ovoide con figuras geométricas que han querido ver el centro cosmológico del universo, desde aquí se gobernó el imperio romano. Por ello en una estrella central colocó la estatua de Marco Aurelio. Para dar grandiosidad a la plaza, modifica las fachadas de los edificios situados en tres de los cuatro lados para que guardasen una armonía con el conjunto, así los tres palacios, el del senado romano, el palacio del Capitolio y el palacio de los conservadores sufren una modificación que a ojos del visitante les hace parecer ser parte del mismo conjunto arquitectónico.
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