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Espíritu bien nacido, en el que se espeja y ve
en tus hermosos miembros caros y honestos
cuanto cielo y natura en nosotros pueden hacer,
cuando a ninguna otra su bella obra ceden:
Espíritu delicioso, en el que se espera y cree
por dentro, cual aparece en el rostro afuera,
amor, piedad, merced, tan raras cosas,
cual nunca con fe tal se unieron en belleza.
Me cautiva el amor, y la beldad me ata;
la piedad, la merced con su mirar suave
quieta esperanza al corazón le otorgan.
¿Qué uso o qué gobierno niega al mundo,
qué crueldad de hoy o cual mas tarde,
que no perdone muerte obra tan hermosa?
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Miguel Ángel Buonarroti
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